sábado, 30 de agosto de 2014

Transformación en Don Juan Tenorio. Parte 2.



En la segunda parte, don Juan al huir de Sevilla tras dar muerte a don Diego, provoca una gran tristeza y vacío en el alma de doña Inés. Para ella ya nada tiene sentido y muere de amor. Morir de amor es un tópico literario ya presente en la obra de Ovidio (40-17 d. C). En concreto en la leyenda de Píramo y Tisbe y que a lo largo de los siglos continuó apareciendo en multitud de composiciones literarias hasta ser insertado en la lírica provenzal conocido como amor cortés.

Este uso medieval va unido al sentimiento cristiano de asociar la muerte con el fin de desdichas humanas. Juan de Mena (1411-1456), entiende la muerte como un fin consolador, liberador. Puede que Zorrilla intente transmitir esta idea dando muerte a su personaje de doña Inés.

Ella ofrecerá su alma a Dios a cambio de la de don Juan. Dios, como Deus ex machina, resolverá la situación a la espera de que don Juan se arrepienta de sus pecados. Así la salvación de doña Inés queda ligada al arrepentimiento de don Juan. Un acto de amor puro.

El don Juan que vemos ahora es un personaje distinto desde que se enamora de doña Inés. Las cualidades que lo describían hasta el momento desaparecen, dejando ver a una persona indecisa e insegura. 

Hacia la última escena el cambio llega a su punto más álgido. Don Juan niega la principal característica del Romanticismo; la pasión o el sentimiento por encima de la razón. Pero ve que su tiempo se agota y su última decisión es la más racional para que ambos alcancen la salvación.

A pesar de este acto por amor, a día de hoy  no recordamos al don Juan que doña Inés salva al pie de la sepultura, o al don Juan de rodillas ante el Comendador, sino al mitológico don Juan seductor y descarado. Al igual que a doña Inés hay quienes la recuerdan no como la donna angelicata que hablábamos antes, sino como donna diavola. Si recordamos en la tradición cristiana el demonio era el mas bello de los ángeles.



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