Como el tema del amor es muy frecuente en la literatura del romanticismo, pondremos en relación El estudiante de Salamanca con otras obras con las que comparte similitudes.
Al parecer, los temas principales utilizados por Espronceda en esta obra tienen sus fuentes en El Burlador de Sevilla y El estudiante Lisardo, que proviene del Jardín de flores curiosas publicado en Salamanca, en 1570, por Antonio Torquemada.
Si leemos El burlador de Sevilla, encontraremos varios elementos en común con El estudiante de Salamanca. Veremos la figura del don Juan que se burla de las damas al igual que hace don Félix de Montemar, las conquista, las engaña haciéndoles perder su honra y luego las abandona. No es el único elemento que encontramos en ambas obras. La trágica muerte de don Gonzalo al querer salvar a su hija doña Ana, también está presente en El estudiante de Salamanca cuando don Félix da muerte a don Diego de Pastrana, hermano de doña Elvira, que intenta vengar la muerte de su hermana. Otro elemento que podemos poner en relación, es la figura del Comendador con la dama blanca que conducen tanto a don Juan como a don Félix a sus propias muertes.
En el caso de Lisardo, no es exactamente un don Juan, pero la historia si tiene cierta relación en cuanto al carácter de ambos, la diferencia está en que Lisardo aprende a tiempo y reconoce sus fallo pero el arrogante don Félix no.
Nunca antes se había concentrado tanta maldad en un protagonista, su falta de humanidad es tal que no le afecta el miedo ni siquiera al ver a la muerte en persona. Pero don Félix no es un simple villano, Espronceda se encarga de dotarlo de una serie de valores positivos para que su apariencia externa de joven apuesto y rico, contraste más con el viejo malvado y pobre de espíritu que lleva dentro. Don Félix llega a la perversidad, ya que no se arrepiente de sus terribles pecados ni al final de su muerte.
El segundo tema utilizado por la tradición literaria es el tema de la mujer transformada en esqueleto. Ese tema se puede apreciar en El esclavo del demonio publicado en 1612 por Antonio Mira de Amescua.
También podemos verlo claramente en El mágico prodigioso de Calderón de la Barca, compuesto en 1637.
El tercer tema trata sobre la visión del descarnado esqueleto como castigo del protagonista don Félix de Montemar. En La constante cordobesa tenemos la aparición del padre de doña Elvira que sale de su tumba para defenderla de don Diego.
El tema más importante y que no podemos olvidar es la visión del propio entierro. En El estudiante de Salamanca, don Félix pregunta a un señor enlutado a quién llevan a enterrar.
Lo mismo ocurre en El capitán de Montoya de Zorrilla, donde don César pregunta a un enlutado también.
En conclusión, el don Juan con sus variantes y su amor trágico, es un tópico que se viene repitiendo a lo largo de toda la literatura, las damas caen en sus brazos porque su arte es la palabra, sus dotes de amante, la galantería..., que cautivan, sin remedio a cualquier mujer que se cruce en su camino, y aquella que más se le resista o que sea más difícil de alcanzar será, sin duda, su próxima víctima.
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